SUIZA LEGALIZA “SARCO”, LA MÁQUINA PARA EL SUICIDIO ASISTIDO
Suiza es uno de los países que cuenta con la eutanasia o el suicidio asistido como parte de su regulación, lo que le ha llevado a aprobar el uso de la cápsula Sarco, diseñada por Philip Nitschke y Alexander Bannink.
Esta máquina ayuda a las personas a morir de forma digna. El sujeto se introduce en la cámara, activa el sistema, se duerme y muere de forma indolora y rápida después de haber inhalado una cantidad determinada de nitrógeno.
Se trata de una cápsula que se puede fabricar a partir de una impresora 3D y se puede llevar a cualquier parte. Así, facilita todavía el suicidio asistido. El sistema se activa gracias a un botón en el interior de Sarco o con pestañeos si la persona que quiere morir tiene parálisis que le impide moverse.
Cuando el sistema está activado se vaciará el oxígeno del interior. Solamente quedará un 1% de oxígeno por lo que el solicitante comenzará a perder el conocimiento en pocos segundos. Tras la hipoxia e hipocapnia – la ausencia de oxígeno y dióxido de carbono – se muere en un periodo de entre cinco y diez minutos.
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